EL TÍO CULIONERO

Mi tío desde Italia llamo a nuestra casa, a ver si podíamos recibirlo durante tres o dos días, mientras el resolvía algunas cosas pendientes. 

Claro que si, tío, mi casa es tu casa. Él llego en la noche, mi mujer se le quedo viendo, no lo conocía, con ese cuerpazo tan fuerte a sus 40 años, no le fue indiferente. Comimos y fue acostarse, estaba cansado del viaje.

Yo también iba a dormir cuando me acorde que había dejado mi celular en su habitación al estar arreglándola. Di tres toques fuertes, al tercero mi tío, el italiano, abrió la puerta, estaba desnudo completamente, quede bobo al verle ese pene duro, era como tres veces el mío, que grande pelotas poseía y como buen italiano, su sexo estaba cubierto de mucho vello. "Si, sobrino"

Es que se me quedo el celular en la mesa, “pasa”, seguí, lo tome de la mesa y echaba ojo a su pene erecto mientras estuve allí, cerré la puerta. Y pensé que grande la tiene, porque no herede eso, allí mismo se me ocurrió una idea, mi mujer y yo no podíamos tener hijos debido a un golpe que sufrí, pero que tal si mi tío nos hacia el favor y engendrara un hijo en mi mujer ahora que está de paso.

Bueno, pues a su edad ha tenido cinco hijos con mujeres distintas,  por no decir lo que no ha reconocido, por eso no dura mucho con las mujeres, por lo perro que es. Además seria en familia y los chiquillos podrían heredar el instrumento de su progenitor. Se lo propondría al siguiente día.


Y se presento la oportunidad al ir en mi camioneta a comprar ciertas cosas, solos los dos, le explique, - y estás seguro que no hay problema en que me coma a tu mujer, pues si tu lo permites, si. Así de simple, convencer a mi esposa, no fue tan simple, pero al final término aceptando, aunque ninguno de los tres habláramos del tema.

En la noche él nos vio partir a nuestra habitación, yo deje la puerta abierta, comenzamos amarnos, la tenía desnuda y haciéndome sexo oral, cuando mi tío apareció por la puerta sin nada de ropa con su miembro firme, caminaba directo hacia ella, ella estaba en cuatro mamándomelo y el por atrás se la metió, duro, bien duro.

Sentía como entraba ese gran instrumento de apareamiento y  de reproducción humana. Mi esposa gemía como nunca antes lo había hecho, yo solo me dedicaba a verlo entrar mientras tenia la lengua de mi mujer en mi pene. Sus embestidas eran firmes y certeras, solo esperaba que esas grandes pelotas hicieran lo suyo. Vamos, dale, como la trabajaba.

Ya agarraba confianza y le cogía las tetas, las tetotas, fueron 40 minutos de sexo donde el hombre no paraba para descansar, tiro su cadera contra ella y expulso por fin su leche, tardo en salir de ella. Así que le pedí que acabara de chupársela, había esperma en su verga, se la arrimo en la cara y mamo cuanto pudo. Una vez limpia se retiro a sus aposentos.

A la mañana no hablábamos del tema, mi mujer me servía el desayuno, y el tío llegaba desnudo y con su pene excitado, hombre ponte esto, “ayer me vistes en bola comiéndome a tu mujer, viendo trabajar esta máquina y ahora me dices que me tape”, agarro y la boto, “estaré así desnudo.” 



La verdad ni mi mujer ni yo podíamos dejarle de ver el sexo, y como el comedor es de vidrio, se le veía perfectamente. Ella pasaba por ahí, cuando le agarro las nalgas y se las apretó, “no quieres probar otro bocado” y la empujo a comérselo, yo asenté la cabeza, diciendo hazlo, aprovecha semejante cosa.


Tenía a mi mujer chupándoselo, la subió a la mesa, le abrió las piernas, “yo creo sobrino que es mejor estar seguros, por si no quedo preñada ayer” y se la comió.  No tardo en subir a su cuerpo y hacerlo encima de la mesa, viéndoles comía el desayuno, movían la mesa y el utilizaba toda su fuerza al máximo. Llego al orgasmo, pero tenía más fuerza para seguir, se despego de ella y la puso en su cara casi al frente mío, “eso putita.” 

Pronto llego la despedida, mi tío regresaba a su país ese mismo día, se despidió agradeciéndonos nuestra hospitalidad y deseando que mi mujer hubiera quedado embarazada. Y así fue, a los 15 días nos confirmaron la noticia, con el tiempo nos enteramos de que no eran uno, venían dos en camino, gemelos.

Mi tío a veces se reúne con nosotros, conociendo que son sus hijos, bueno el los hizo, solo los tres sabemos y seguimos con nuestras vidas de forma normal. Le di la oportunidad a mi tío de comerse a mi mujer y a ella la posibilidad de ser madre. Los chicos crecen desconociendo su origen, que provienen de las huevas del que le dicen tío, el tío culeon.