Llegue al día siguiente de la escuela como siempre,
cansado, con mucha tarea y hambre. En la casa estaba mi madre preparando una
comida que a mi gusto es exquisita. En eso me dijo que ya había venido el señor
que cambiaria el cielo de mi recamara y que estaba trabajando en ello.
Maldita sea, y yo que
pensaba llegar y ver una película porno en la computadora para proseguir a
hacerme una deliciosa paja. En fin. Me dijo mi madre que tenía que ir a recoger
la ropa a la tintorería y volvería en seguida, Se marcho e inmediatamente subí
a ver quién era el extraño en mi recamara.
El hombre que se encontraba en la escalera despegando
pedazos de triplay del techo tendría unos 40 años, moreno, notoriamente más
grande en altura que yo, Me saludo el señor presentándose como Ramón. Y yo
después de saludarlo y dejar mi mochila en la cama, me dijo agarrándose su
entrepierna que si lo dejaba entrar al baño.
Me quede de a seis,
¿qué le pasa a este tipo? Porque tan chistosito y confianzudo, pero
bueno. Le señale el baño que quedaba justo frente a la puerta de mi cuarto, se
dirigió ahí y de pronto escuche un ruidoso chorro de orina que al pasar por mi
puerta pude apreciar en toda su extensión, puesto que el tipo este no cerró la
puerta del baño.
Nunca había visto otra
verga en vivo y a todo color, este señor al tenerla en reposo la tenía muy
grande, pero notoriamente más gruesa, mucho más, aparte de las venas que se
apreciaban en el tronco la hacían ver majestuosa. Me quede atónito viéndolo
orinar y el tipo sabiéndose observado se la sacudía frenéticamente al terminar
de orinar, se la acomodo adentro del pantalón y salió del baño diciéndome
Yo sentí mucha vergüenza,
ningún hombre había hecho referencia a eso en mi presencia.
-
si, algo. (Sonreí apenadamente)
El tipo este ya sin reír y
hablando como para impresionarme me dijo.
-
y la neta soy bien aguantador, a mi esposa la tengo bien contenta porque todos
los días me la hecho, je je je
Eso me calentó, su actitud
de macho agarrándose el pene y destacando su hombría hizo que me erectara
notoriamente y mi pantalón escolar no pudo disimular esto.
Ramón me dijo
entonces,
-
tu también tienes lo tuyo (lo dijo en tono de cumplido, pues claro que no se
comparaba mi verga con la de él, en máxima erección la mía alcanza los 19 cm.
ese hombre en reposo le calcule unos 17cm)
Yo solo reí y el sacándose
ya sin ningún pudor su pedazo de carne morena me la enseño ahí, a plena luz del
día en mi recamara. Me quede mudo de la impresión, no sabía que hacer, si
correr o quedarme a contemplar ese monstruo que ya no estaba en reposo, ya se
había levantando mostrando orgulloso un gigante pedazo de carne de macho con
dos enormes bolas que hacían referencia a 2 aguacates.
-
tócala si quieres, para que veas que es de verdad….
-
Yo automáticamente estire la mano para prenderme de esa verga del ya no típico
hombre sin chiste, sino de un macho buscando vaciar su carga de leche.
La acaricie con mucha
suavidad, me impactaba su grosor, no me cerraba la mano, era caliente y las
venas se sentían muy duras, su cabeza estaba brillosa y goteaba abundante
liquido preseminal, era tanto que me mojaba la mano. Pero yo no podía
despegarme de semejante verga.
El solo me sonreía y me
decía que muy bien. Yo ya sin ninguna vergüenza seguía acariciando sus peludas
bolas y acariciándolas en mis manos pude sentir lo pesadas que estaban. En un
momento de placer y calentura máxima, Ramón me tomo de la cabeza ejerciendo
presión hacia abajo, era claro su intención de que se la chupase,
Así lo hice, me baje para que en cuanto estuviera esa
verga en mi cara, me llegara el penetrante olor a precum, a hombre. Era muy
excitante. Con suavidad le pase la lengua recogiendo el precum que goteaba para
saborearlo, le pase la lengua varias veces por la hinchada y amoratada cabezota
para después tratar de engullir el trozo. Abrí todo lo que pude la boca y con
gran esfuerzo y evitando las arqueadas de asco involuntarias, apenas y me entro
la cabeza y unos cuantos centímetros del tronco
Ramón bufaba y se retorcía
con mi lengua en su verga, me empujaba la cabeza hacia su pene y trataba de
enterrarlo lo más posible, cuando sentí que me ahogaba, decidí sacármela y
lamerle las bolas grandes y pesadas, me metí una en la boca, después la otra y
así estuve hasta que apunto con su verga de nuevo a mi boca exigiendo unas
chupadas extras, no podía aguantarme y le acariciaba las piernas duras y
gruesas, su pecho velludísimo y duro al tacto, tener a ese semental para mí me
excitaba a más no poder y saque mi verga para jalármela mientras chupaba
su verga.
De repente el me paro y me
subió en la escalera como en el 3er escalón, ahí, su boca quedaba a la altura
de mi verga y empezó a mamármela como nadie lo había hecho, la chupeteaba
mientras su lengua recorría todo el pene, sentí que me la quería arrancar a
chupadas, la lamía como si fuera un helado y después de un rato de estar así,
sentí que explotaría y me pareció correcto avisarle, él me la jalo riquísimo y
cuatro enormes chorros de leche cayeron en su pecho peludo mientras yo me
retorcía de gusto.Pero Ramón aun no terminaba y por lo mismo volví a mi faena
de mamarle la verga que a esas alturas ya estaba de nuevo llena de precum, se
la estuve mamando por unos 5 minutos más cuando sentí que bombeaba mi boca con
más fuerza y bufaba más fuerte, trate de retirarme pero me agarro de la cabeza
y me la enterró en la boca lo más que pudo para ahí descargar su leche caliente.
Yo sentía que me ahogaba y trate de tragarla lo más rápido posible, cuando la saco de mi boca, yo la tenia llena de leche a pesar de la mucha otra que me tragué, él se la embarro con su mismo pene y me paso la verga por la cara llena de leche, eso me gusto mucho, nunca había probado el semen de nadie y ese era salado y riquísimo, estuvo Ramón con los ojos cerrados y cuando los abrió note en su cara una mueca de placer y gusto enorme.
Estaba su cuerpo brilloso
por el sudor, me levante para besarlo cuando escuche que llego el auto de mi
mamá, rápidamente Ramón se vistió y se limpio mi leche del pecho, yo corrí a
lavarme la cara para quitarme la leche que me embarro este hombre, fui a
recibir a mi madre a la puerta haciéndole platica, cuando ella me dijo
que como iba el señor Ramón con el trabajo, y yo sin pensarlo dije, muy
bien, en mis adentros pensé, demasiado bien…